lunes, 15 de abril de 2013

Por que recordar es volver a vivir.




Como te explico que: 
te bese hasta el aura cual ferviente comensal en un palacio digno de un ritual.

Como te explico que:
al regocijo de tus manos en mis murallas cutáneas y espirituales, bienaventurada fui.

Como te explico que: 
amanecer pendida del oropel de tus ojos fue siempre habitar y sonreír.

Como te explico que:
los cueros se me endurecían,
mis resuellos cantaban, 
el momento se congelaba,
el motor se aceleraba,
aquel cielo nos miraba,
tu naturaleza me deslumbraba
yo en tu mirada y tu en mi mirada,
hasta la médula.

Como te explico que:
fuiste como ese rió que se desborda sin avisar y modifica mapas, geografías y vidas. 

Como te explico que:
te asemejabas a esa lluvia que te salpica el rostro al caer de norte a sur y te hace sonreír.

Como te explico que:
parecías un tifón obedeciendo su naturaleza de ir, venir e inundar los días de ti.

Como te explico que:
Fuiste mi luz y mi noche, 
en horas que se hicieron días, 
en albas transformadas en meses,
en jornadas de cuatro estaciones, 
en un amor con fecha de caducidad.
en instantes de gran disfrute,
hoy sumergidos en océanos y parajes mentales,
pero tan reales,
como que hoy te viví, te disfrute y te olvide.



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